¿QUIÉN FUE EL PRIMER PROGRAMADOR DE COMPUTADORAS?
Ada Lovelace, hija del poeta inglés Lord Bryon y Anne Isabella Noel Byron (née Milbanke), fue posiblemente la primera programadora de computadoras del mundo.
Sus notas sobre la maquina analítica de Babbage, publicadas como adiciones a su traducción del Bosquejo de la máquina analítica inventado por Charles Babbage de Luigi Menabrea, contienen un algoritmo para calcular los números de Bernoulli .
Algunos biógrafos restan importancia o desestiman las contribuciones de Ada Lovelace a la computación, pero James Essinger, autor de “El algoritmo de Ada: cómo la hija de Lord Byron, Ada Lovelace inició la era digital”, es un firme partidario del lugar de Lovelace en la historia de la informática.
El algoritmo de Ada: cómo la hija de Lord Byron, Ada Lovelace, inició la era digital
En el algoritmo de Ada, Essinger pinta un retrato fascinante de la vida de Ada Lovelace. Cada uno de los 18 capítulos del libro está escrito en una prosa convincente y fácil de leer, y está respaldado por el fuerte uso de las fuentes primarias. Los primeros capítulos cubren la vida de sus padres y los eventos que llevaron a su matrimonio, el nacimiento de Ada y su separación cuando Ada era una niña.
Los capítulos restantes cubren la vida de Ada desde la infancia, cuando fue criada por su madre, hasta su desafortunada muerte prematura por cáncer a la edad de 36 años. El capítulo final sirve como un epílogo, que se centra en los legados de Lovelace y Babbage en los años posteriores a sus respectivas muertes. Cada capítulo cubre una parte de la vida de Ada Lovelace, y el libro completo proporciona una imagen completa de una figura histórica fascinante.
El único defecto con el libro de Essinger es que trata de ser tanto una biografía general como un caso para la brillantez de Ada Lovelace como contribuyente al campo de la informática. Los primeros capítulos sobre el matrimonio y la separación de sus padres son interesantes, pero ocupan un espacio considerable en este breve volumen.
El algoritmo de Ada comprende un poco más de 250 páginas, por lo que cada capítulo que se centra en temas complementarios parece que podría haberse utilizado para reforzar el material relacionado más directamente con el trabajo de Ada Lovelace con Babbage. Los lectores que estén interesados solo en el trabajo de Lovelace en la máquina analítica probablemente podrían leer solo los capítulos 12 a 15 y obtener un entendimiento decente de las contribuciones de Lovelace a la informática.
Optar por escribir una biografía completa en lugar de una narrativa centrada sobre un subconjunto de la vida de Ada Lovelace es una decisión válida, y Essinger hace un excelente trabajo con ella, pero su argumento en apoyo del papel de Ada Lovelace en la historia de la informática podría haber sido más fuerte si recortó la historia de vida más amplia para centrarse más en su trabajo con Babbage.
Sin duda, Ada Lovelace fue una pionera en el ámbito de la informática, aunque muchas veces tal vez no se le reconozca como tal.